domingo, 30 de enero de 2011

Tardes de nubes grises


 Tengo ganas de escribir, pero no encuentro la inspiración por ninguna parte. Eso quiere decir que hoy me siento feliz. Soy de esa clase de escritores que no pueden sacarse nada productivo de la manga si no se encuentran al borde del colapso; ahí es cuando nacen las mejores historias.


Dicen que el arte nace del sufrimiento.



 Es cierto, tengo que reconocer que no se me dan bien los finales de cuento. Siempre me ha tirado más la sangre, el dolor y esas cosas. Como le gusta decir a mi padre, soy una “ceniza”. Supongo que no se puede tener todo en esta vida. No me quejo, que conste. Mis períodos “interdepresivos” son una delicia.




 Reírse sienta bien. 




#Rachel#

miércoles, 26 de enero de 2011

"La Carta"

 Maldito duende:

 En Iberia Sumergida, la chispa adecuada ha provocado una avalancha entre dos tierras con nombre de guerra. Hoy ha muerto un héroe, un héroe de leyenda, y el caos olvidado en otro lugar ha apagado dos luces de la senda de la isla de las iguanas. La dolorosa decadencia de la flor de loto, la lluvia gris y la sangre hirviendo en nuestras tumbas de sal nos llevará hasta el camino del exceso. El estanque con nombre de guerra refleja la visión de nuestras almas.

 No más lágrimas, la herida no basta para deshacer el mundo. El amor no cesa en brazos de la fiebre. Entre arena y espuma la sirena varada curará el hechizo de la flor venenosa.
Recuerda nuestros nombrespara siempre.


 * * * * * * * * *








 Puzzles, juegos de palabros... rompecabezas con piezas ajenas. No puedo firmarlo porque, técnicamente, el material no es mío. Disculpe el plagio, Quique. Es usted más que un Héroe del Silencio. Es usted el mismísimo duende que tanto maldice.

domingo, 23 de enero de 2011

Polvo de estrellas



 Dicen que estamos hechos del mismo material que las estrellas. Y que, cuando el tiempo termine y el universo vuelva a replegarse sobre sí mismo, volveremos a latir al unísono y dejaremos de sentirnos solos. Llevamos demasiados millones de años propagándonos por el espacio, alejándonos de las partículas de las que una vez formamos parte.

 Tenemos miedo. Tenemos miedo porque hemos perdido el control de nuestras vidas, porque no nos creemos dueños de nuestros destinos. Sin embargo hay algo que siempre nos pertenecerá, algo que llevamos dentro y que a la vez araña cada uno de los rincones de cada una de las galaxias: el tiempo. El tiempo nos conecta, nos ensambla, nos cohesiona. Es nuestro.

 ¿No me crees? Visualiza un reloj, concéntrate en el insignificante recorrido de la aguja fina durante un segundo, observa cómo da un salto hacia la siguiente fracción de minuto. ¿Lo tienes? Entonces es tuyo. Ese segundo es tuyo, ahora está dentro de ti atrapado para siempre y nunca te lo podrán arrebatar. Cuando desaparezcas, desaparecerá contigo en un pequeño suspiro para acompañarte allá donde vayas, y a la vez seguirá ahí eternamente, frágil, insignificante, pero de valor incalculable.

 Cuando te sientas solo, piensa que una vez formaste parte de un todo. No somos estrellas perdidas en el cielo, somos el firmamento. Somos un maravilloso mar de luces.

* * * * * * * * *



  No me salen las palabras, querría escribir alguna buena reflexión de los últimos días pero no puedo. Tengo el pecho anegado en alguna clase de líquido negro muy denso.
Me mata la melancolía. Pesa… En momentos como este necesitaría un marcapasos del alma.



#Rachel#

miércoles, 19 de enero de 2011

"Como humo entre los dedos", tragedia en dos actos: parte 2 [FINAL]


 De nuevo la escena vuelve a estar protagonizada por la misma bañera, el mismo cuerpo y la misma voz hueca. Los dos primeros ocupan únicamente el lado derecho del escenario, recabando toda la atención de los focos, que mantienen oscuro el resto del tablado.

 “Ahora es el momento, sabes lo que tienes que hacer. Te lo has planeado tantas veces que ya no tiene sentido seguir rehuyéndolo. Cualquier motivo es válido para dejarse llevar; cualquier paso en falso, una oportunidad. Tu cuerpo necesita dolor, ¿acaso vas a negárselo?”


 Irrumpe en escena el mismo personaje masculino del primer acto y corre hacia ella, con la clara intención de sacarla del agua. Entonces se apagan los focos que iluminan la acción para encenderse los de la izquierda e iluminar el interior de un coche; otra acción, otro tiempo. El hombre conduce, la protagonista va detrás. Tiene las muñecas vendadas.


“-¿Falta mucho?

(…silencio).

-¿Adónde me llevas?

(…silencio más breve. El conductor se gira hacia atrás para responder).

-A ninguna parte. Te estás muriendo sola.”



 Y de nuevo un juego de focos. El coche queda a media luz, envuelto en un humo de ensoñación. La bañera está ahora iluminada por completo y un reguero escarlata cae desde el dedo índice de una mano que ha surgido del borde como último gesto, como último testigo del fin.

 “Ahora descubres que no todo razonamiento es válido. Él es real, pero se te escurre como la sangre entre tus dedos, como la realidad. Te mueres sola”.


 Caída del telón. No hay aplausos, no hay escenario. Tan sólo una cortina roja cubriendo la bipolaridad feroz de una obra en dos actos. Late en el ambiente, y aparentemente sin que lo perciba nadie, una superposición de antítesis.
Cordura…demencia
Vida… muerte
Realidad… ficción



* * * * * * * * *



 Escribo mientras bebo una mezcla entre manzanilla y té de aroma a vainilla y caramelo. Hoy he tenido un día horrendo, no entraré en detalles. Ahora mismo he llegado al punto en el que todo me parece irreal. Me siento como en una de esas estúpidas películas, una de esas comedias descerebradas al más puro estilo comercial de las sobras de Hollywood. Y ahora mismo los espectadores se están doblando de risa al verme en la cocina limpiando el fondo de mi bolso lleno de coca-cola (la gilipollez que ha colmado mi paciencia).




 Sí, sí, reíros, grandísimos hijos de puta. Y seguid señalándome con vuestros dedos llenos de grasa de palomitas.



Ojalá todo fuera una Dáliva®...


Ojalá todo fuera ficción...


 Ojalá yo también fuera la Muerte, como 
Charlie Asher (“Un negocio muy sucio”).




…Creo que necesito un ibuprofeno para frenar esta cefalea de dos pares de narices y cojones.



#Rachel#

martes, 18 de enero de 2011

"Como humo entre los dedos", tragedia en dos actos: parte 1




En el escenario, una bañera. Sumergido en la bañera, un cuerpo de mujer, y sumergida en el cuerpo, un alma de espesura atroz. Se escucha de fondo una voz suave pero rasgada, como el eco de un caramelo haciéndose añicos contra el suelo:


“La fluidez de una mente puede compararse con la de una máquina de escribir. Cuando todavía está nueva las letras saltan al papel con rapidez y decisión. Pero con el uso y el paso del tiempo, se va oxidando hasta que llega un momento en que una o varias teclas se quedan atascadas, encasquilladas. Y eso es precisamente lo que me ocurrió a mí. Porque los pensamientos también se encasquillan. Y algunos pueden llegar a atragantarte la razón y nublarte la cordura... o al revés. Cualquier razonamiento es válido cuando tu cuerpo destila sangre a chorros”. 

 Cae el telón de fondo, tapando la escena y mostrando al mismo personaje en una habitación bien iluminada. Una cama y un escritorio con máquina de escribir como único “atrezzo”.

“Más de una vez has sentido deseos de rendirte, más de una. Y aun así sigues adelante. Aporreas tu máquina de escribir, la exprimes para intentar plasmar lo que te ocurre. Pero, ¿cómo vas a hacerlo? ¿Cómo podrías explicarlo si la realidad se te escurre como humo entre los dedos? Buscas a ciegas en el cuarto oscuro de tu imaginación una luz, una voz, una mano que te ayude a escapar”.

 Los focos giran hacia el otro lado del escenario, donde, envuelta en un humo onírico que pretende simular los pensamientos de la protagonista, aparece la figura distorsionada de un personaje masculino de facciones apolíneas.

“¡Ahí está! Puedes verlo, puedes escucharlo, es real… pero no como tú. Tú estás sola, vacía por dentro. Sola porque tu cordura se la ha llevado el eco de sus pasos. Vacía porque la esperanza se ha evaporado de ti. Sola y vacía...con tu máquina de escribir”.

Caída del telón principal y aplausos. El público se levanta para el descanso mientras una música etérea inunda el teatro. Una voz neutra les advierte de que deben regresar a sus asientos antes del final del receso para no perderse el segundo y último acto.



* * * * * * * * *


¿Cuántos cigarrillos fumas al día?”


Pues no lo sé, ni quiero saberlo… En este tipo de épocas de estrés, está permitido el uso del numeral indefinido “demasiado” para cualquier estimación…

¿Cuántas fotocopias te faltan por coger? Demasiadas…
¿Cuántos días te faltan para terminar los exámenes? Demasiados…
¿Cuántos trabajos te quedan por entregar? Demasiados…


¿Que cuántos cigarrillos fumo al día? 
¡Joder, pues demasiados! 


Aunque ni siquiera eso me sosiega del todo.


 Al menos puedo relajarme en mi alcoba con mi segunda novela de Christopher Moore “Un trabajo muy sucio”. Leer es un vicio sano, aunque creo que debería empezar a estudiar, pero claro…

¿Cuántos días quedan para que terminen las clases? ¡Demasiados!





#Rachel#

domingo, 16 de enero de 2011

El tiempo que se va


¿No os habéis dado cuenta? La Tierra está intentando huir del Sol. Da vueltas y más vueltas hasta marearse e intenta alejarse de él, pero lo único que hace es girar a su alrededor. Escapa durante algún tiempo e, irremediablemente, vuelve a caer en sus garras..
 Quiere escapar porque le asusta. Le asusta acercarse demasiado a él como para quemarse, así que tiene que mantener una distancia prudente. Pero Ella no es de las que se toman las cosas con calma. O todo o nada, no le van las medias tintas. Por eso intenta huir, porque es una cobarde y sabe que nunca podría estar tan cerca del Sol como le gustaría; sabe lo que duele no poder tocar el fondo de su piel
 Pero sin Él todo es invierno. Sin Él todo sería escarcha y nieve pálida; y Ella ama el verano, por eso vuelve siempre.
 ¿De verdad que no lo sabíais? El Sol está jugando con la Tierra. Yo se lo he oído a la Luna. Ella sonríe porque lo sabe todo.


* * * * * * * * *

"Aguanta la respiración y cuenta hasta diez, y húndete, y vuelve a empezar"

Así siempre. No puedo evitarlo: mi vida es un círculo vicioso. 


Este fin de semana he tenido café compartido, con “Chiquilín” y bombones de chocolate. Y ha sido estupendo, pese a la lluvia. Ha sido un fin de semana raro pero agradable.
Ahora me esperan los exámenes a la vuelta de la esquina y solo puedo pensar en leer, en comerme con los ojos los escaparates de las tiendas y en meterme en el cuerpo una sobredosis de música… y beber cantidades ingentes de café…


…café con mucha espuma y con decoración cursi…


…tic-tac, tic-tac, tic-tac…


…Y así se me va el tiempo, fantaseando, con la cabeza en las nubes…
 A veces me siento como el capitán James Hook; solo que un poco menos guay, porque no tengo un galeón pirata ni complementos ortopédicos punzantes.

La vida es dura =)


“¿Garfio tiene miedo de un simple reloj? Yo creo que no. Garfio tiene miedo del tiempo, del tiempo que se va…”




#Rachel#

jueves, 13 de enero de 2011

Tiéndeme una mano y te regalaré un recuerdo


“Es el fin del mundo. Dame tu mano".

 Y entonces todo se vino abajo. El suelo tembló mientras la Tierra escupía fuego por todos sus poros. Y, como empujada por algún interruptor invisible que conectaba los enclaves de un engranaje caótico, mi piel también tembló. Mi cuerpo entero se estremeció y sentí que ya no habría nada más. No más dolor. Realmente era el fin.

 Si hubiera podido describir con una sola palabra mi existencia en este estúpido universo, habría sido “vacío”. Estaba vacía cuando todo estaba en pie y terminaría vacía cuando el último murmullo del desmorone de mi vida se hubiera silenciado para siempre.

 Y allí estaba él, rígido y serio, asiendo mi mano como si todavía conservase la ilusión de salvarme; de salvarnos a los dos. Pero yo no quería seguir respirando. Sólo quería caer y arder en las cenizas del mundo, dejar que la hemorragia humeante y apocalíptica me envolviera hasta cegarme por completo.

“Escuece” musité. Pero él no me atrajo contra sí ni apretó con más ahínco sus dedos contra el dorso de mi mano. Simplemente nos quedamos contemplando aquello como dos simples espectadores, esperando a que la función terminase y el tiempo se nos tragara sin más.

“No me sueltes nunca”.

* * * * * * * * *



 Y esta es la canción que ha puesto nombre a este blog, por una de las frases más bonitas que he oído cantar nunca: “Este tembloroso y adorable pájaro ajado, chica loca”.

 Supongo que no puedo evitar sentirme identificada, aunque no tenga nada de ave y muy poco de adorable.


 Y aquí estoy, a menos de un mes de los exámenes y con una melancolía galopante de las mías. No tengo ganas de hablar, pero en cambio, mi cuerpo me suplica que escriba lo que mi garganta no se atreve a gritar.

 Necesito café y sol... mucho sol.




#Rachel#

martes, 11 de enero de 2011

Ser o no ser

 A veces pienso que no estaría nada mal ser un zombie sin sentimientos. Nada de amor piedad o miedo. Claro que tendría un hambre atroz e insaciable... Supongo que ni con la putrefacción nos libraríamos del sufrimiento. Al fin y al cabo, pasarte la vida hambriento de sesos no debe de ser la sensación más agradable del mundo.
 Habría que ponderarlo y observar los pros y los contras. ¿Qué es preferible: dolor físico o de espíritu? Yo diría que lo primero, aunque hay mucha gente que no cree en el concepto del alma, y otros tantos que son unos desalmados.
 Sea como fuere, ser zombies nos ahorraría un montón de quebraderos de cabeza, más de un dolor de corazón y mucha angustia. Pero también nos perderíamos otras delicias. ¡Con lo bien que sienta el correr de la sangre caliente y de las ideas claras a lo largo y ancho de la anatomía de uno!
 Creo que, siguiendo mis tendencias naturales hacia el masoquismo, preferiría seguir estando viva. Quizás en un futuro necesite una lobotomía que me ayude a sobrellevar el día a día sin alterarme, algo que me mutile esta emocionalidad explosiva para no implosionar.
 Mientras, la humanidad se me antoja la opción más adecuada para mi forma de ver las cosas. Nada de convertirse en caminante, de momento.




Ya estoy deseando que suban más capítulos de "Walking Dead". De momento, tendré que contentarme con los libros de Christopher Moore y con la fabulosa novela gráfica “American Vampire” que me compré en NY al ver que uno de los colaboradores era mi querido Stephen King.

domingo, 2 de enero de 2011

Lo que no mata, te hace más fuerte


Lo más adictivo en este mundo es insano, hace daño y suele ser delicioso.


 Ya se sabe que lo más eficiente para derretir el hielo es el propio hielo a temperatura ambiente. Al fin y al cabo, cuando tienes sed de verdad, necesitas agua. No se puede pasar una vida sin beber, supongo...


...supongo...



Pero un beso no deja de ser un beso, y hay heridas incapaces de curar. 




 Tengo un tobillo torcido y en 3 días me voy a NY.
 Me apetece un café y ya pasan de las 3 am, me apetece fumar y cada vez es más "ilegal". No quiero dejar mis vicios por que me obliguen. Mis vicios son míos y me los follo cuando quiero.

Los propósitos de año nuevo son un despropósito.

Feliz 2011 a todos