lunes, 19 de marzo de 2012

Síndrome de abstinencia




 ¿Te has sentido alguna vez culpable por dejar bailar tus dedos al ritmo de un corazón que no te pertenece? 


22 horas, ni un minuto más. 22 horas de un sueño que me han dejado una intensa sensación de jet lag. 


* * * * * * * * *


Mójame con el dorso del cuero reversible de tus labios.
Muérdeme con el retorcido deseo que guarda tu lengua y enfría tu boca.
Si no quieres caminar tiéndeme un pie y te llevaré 
adonde quieras; tan lejos como puedan soportar mis alas de papel.
Porque aun vuelo, pese a haberme quebrado...Pese a haberme quebrado tantas veces que ya no se donde terminan las grietas del paso del tiempo y dónde empiezan los cortes del delirio.
Y si la libertad es dulce, prefiero el amargor de la cadena perpetua de tus manos.
Estés donde estés, quema tu ropa y ven a salvarme, pero date prisa.
Porque aun guardo esa conciencia culpable, esa cicatriz indeleble, ese frío despiadado envolviendo mis costillas. Y no se cuánto más podré soportarlo sin sucumbir al cero absoluto de una manera irreversible.