sábado, 12 de marzo de 2011

La apariencia no lo es todo



 Aura conocía la leyenda de la bruja Mary Jane. Se la había contado su madre innumerables veces, y, según le había dicho, era verídica, y tan añeja como Drakhen. Se conservaban muy pocas historias de tanta antigüedad, y aquello hacía de aquel cuento algo todavía más exótico y misterioso.


 "Mary Jane había nacido con un solo ojo y una cuenca vacía. Aquella extraña malformación había causado su rechazo, incluso por parte de su madre, que se limitó a criarla por pura compasión y acabó abandonándola en un bosque. Así que ella, siendo una niña, había tenido que aprender a valerse por sí misma. Y como el destino tiene designios inescrutables, quiso la suerte que sobre la pequeña recayera el maravilloso don de la magia, un regalo que aprendió ella sola a desarrollar y que fue mejorando con el paso de los años, hasta convertirse en una hechicera de increíble poder. Su malformación, que a priori podía parecer fruto de la mala fortuna, le permitía ver mucho más allá de lo que el resto de la gente podía. Sí, su visión de la realidad y del mundo que la rodeaba no era buena; más bien deficiente, debido a su incipiente miopía, pero tenía un talento divino, la premonición. 

 Un día tuvo una visión: unos bárbaros venidos de tierras lejanas y desconocidas llegaban a su pueblo, arrasando todas las casas, matando a niños y ancianos, violando a las mujeres y llevándose a los hombres como esclavos. Sin pensarlo siquiera, bajó hasta el pueblo, después de años de aislamiento. La gente, al verla llegar, se horrorizó; todos se habían olvidado de Mary Jane, la niña que había nacido tuerta, “la Maldita”, como también se la conocía. La habían creído muerta, después de tanto tiempo sin saber de ella, y habiendo sido abandonada por su madre a una edad tan temprana. Mary Jane les alertó sobre los peligros que se cernían sobre el poblado. 

 No la escucharon siquiera. Encolerizados e inundados por un miedo irracional, la condenaron a morir entre las llamas. El fuego la purificaría y le sacaría todos los demonios del cuerpo. Mary Jane gritó hasta quedarse sin voz, intentó en vano que le hicieran caso, pero nadie la quiso escuchar. La ataron a un madero y la sacrificaron en la hoguera. Su piel ardió como la más frágil de las hojas, entre los gritos de excitación de la multitud y sus alaridos de sufrimiento.Su ojo, bendito con el exquisito don del futuro, se derritió, y jamás nadie volvió a poseer tal poder. 

 Al cabo de unos días, unos bárbaros llegaron al pueblo y lo arrasaron sin piedad, tal y como había vaticinado la hechicera. Y todos, todos fueron castigados por el destino, por no haber querido prestar atención a su portavoz". 


* * * * * * * * *

 A veces sólo necesitamos un pequeño empujoncito para hacer lo que debemos, lo que queremos o lo que necesitamos. 
 Llevaba tanto tiempo sin volcarme en mi libro que se me hace rara esa sensación de deleite que se experimenta al darle vida a esos personajes que no son más que extensiones de las fibras de mi propio corazón.
 Este fragmento es parte del capítulo 16, algo que se me hace lejano aunque todavía esté con el 23... 

 ___

 El sol estos días me ha dado nuevas energías, algo que necesito para afrontar este terrible cuatrimestre. Demasiadas horas en clase, demasiados trabajos, demasiadas prácticas. ¡Ni siquiera tenemos tiempo de estudiar, para cuánto más de respirar!

Necesito desesperadamente que llegue el verano.



#Rachel#

2 comentarios: