sábado, 8 de octubre de 2011

Cosas vivas, cosas rotas




Te oigo latir ahí adentro,
bajo la piel suave y la sangre dulce,
inestable, ardiente, voluble.

Sudor como nitroglicerina,
ojos abiertos, boca cerrada,
garganta enrojecida,
costillas apuntando al cielo.

Con el cuerpo mutilado,
la lengua reseca,
palabras torcidas en una mente caótica.

Con tiento pero sin delicadeza,
violencia extrema envuelta en seda,
hielo resbaladizo
que comienza a derretirse.

Te oigo latir ahí adentro…


* * * * * * * * *


"La soledad es un lugar tan vacío..."




 Y, de vez en cuando, la melancolía te sigue atrapando en sus redes. Aunque eso te gusta. En el fondo te gusta porque es inspirador...
 De todas formas las palabras del principio de la entrada nacieron bajo el influjo de la cerveza así que dudo que ni yo misma pueda entenderlas. Pero sí entiendo las que siguen, forjadas entre el humo de una tarde cualquiera:

Solo las cosas vivas pueden seguir funcionando una vez rotas





 "A veces pienso que nací hacia atras"


 Sí, ¿por qué no? Hacia atrás está bien. Hay cangrejos que echan a andar de lado y no cambian el rumbo de su vida jamás, que cuando se topan con un obstáculo se paralizan y esperan ahí quietos hasta la muerte. Así que retroceder no tiene nada de malo. 



Estaba empezando a comprender que el miedo que siempre había sentido a envejecer no era más que el reflejo de la ansiedad que le causaba la certeza  de una muerte prematura




1 comentario:

  1. Lo acabo d leer otra vez como me mola lo de los cangrejos xd, yo soy cancer soy medio cangrejo me identifico con el.

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