domingo, 3 de abril de 2011

Irracional





 Simplemente un día revientas.

 Vas aguantando, sonríes, te aseguras que eres feliz, que todo va bien. Te autoengañas buscando lo que necesitas en el cajón equivocado, sigues sonriendo... Y entonces te encuentras con lo que habías olvidado que existía. Te das de bruces contra eso y te quedas muda, impotente y paralizada. Y antes de que te de tiempo a actuar, se esfuma. Sin un nombre, sin una pista, sin más... Se desvanece cuando la música termina. Y te das cuenta de que todo era una farsa. Estás sola, absolutamente sola. Y las manos que te rodean quedan demasiado lejos como para sentir sus caricias.

 Y explotas. Sin venir a cuento, sin que nada lo desencadene. Simplemente, un día revientas.

 Me duele la cabeza. Me duele mucho. Me pican los brazos. Tengo frío y calor a la vez. Y una extraña sensación de vacío en algún lugar bajo el esternón. 

2 comentarios:

  1. Ya se sabe, para que el humo de un cigarro te embriague primero tienes que estar sana y sin tabaco. Por qué no iba a ser al revés con los buenos hábitos?

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  2. Sí, con el cuerpo lleno de nicotina no se puede apreciar de la misma forma el humo nuevo. Pero a veces apenas has dejado un mal vicio y aparece una nueva marca de tabaco tan asombrosa que tienes que fumarla a toda costa. Solo que luego resulta que no la venden en ningún estanco conocido...
    No hace falta entenderme, yo me entiendo, xDD

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