Para mi solo existen dos clases de heridas: las sufridas y las autoinfligidas. Las primeras curan dejando una preciosa cicatriz. El hilo azul del tiempo las cose y hace que la sangre coagule perfectamente,
justo bajo la piel.
Las segundas,no.
Las segundas no pueden cerrar.
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Se quedan para siempre dibujadas en algún lugar,
muy cerca del alma...
Y su sombra se puede observar a través de los ojos de quien se ha dañado a sí mismo. Gotas negras bajo un verde demasiado cruel.
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#Rachel#
El verde siempre es "demasiado" cruel, para ser el color de la esperanza. Pero nunca es demasiado, y pocas veces suficiente.
ResponderEliminarMe gustaría que pudiera ser más veces suficiente que demasiado.
ResponderEliminarGracias por leerme :)